Pasaje Bíblico: Juan 8: 3-11; 1 Corintios 13:4-8
Enseñanza Bíblica: Dios ama al pecador que se arrepiente, pero no tolera el pecado.
Propósito de
Lo que necesitas: Hojas y lápices, pedir a un joven y señorita que preparen el Reportaje “El Sol de Jerusalén” (Está al final de este estudio), Biblias y una copia para cada joven de la hoja, “Chequeo de Amor” y la hoja de lecturas extras que se encuentra en
De antemano asigna una de las relaciones de la siguiente lista a cada equipo para que hagan un análisis de lo que debe y no debe ser tolerado en ellas:
· Un país con sus ciudadanos
· La sociedad con sus miembros
· Un esposo con su pareja
· Los padres con sus hijos
· Los hijos con sus padres
Pregunta para conocerse: Que cada persona en el grupo diga su nombre y algo que no pueden tolerar (verduras, un lugar sucio, niños haciendo berrinche, etc.) empezado con el líder.
Que el líder explica que como equipo van a hacer un análisis de lo que debe y no debe ser tolerado en la relación que les toca. Cuando hayan terminado su lista, deben contestar las preguntas:
· ¿Con que base hacen su juicio?
· ¿Piensan que pueden haber consecuencias si se violan las reglas o condiciones en estas relaciones? ¿Por qué?
Después cada equipo (con la participación de todos) diseñará una estatua que represente lo que se debe tolerar y otra que represente lo que no se debe tolerar, que alguien en el equipo explique sus estatuas y conclusiones.
Con todos en un solo grupo, presenta el reportaje con la entrevista a la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8:3-11). Pide con anticipación que un joven o señorita lo preparen. Luego pregunta:
· ¿Cuál fue la diferencia entre el trato que le dio a la mujer Jesús y los fariseos? (Jesús no la condenó, en cambio los fariseos la acusaron delante de todos)
· ¿Dirías que Jesús mostró amor o intolerancia? (Amor)
· ¿Cuál respuesta esperaba Jesús en la vida de esta mujer? (Que ella dejara de pecar)
Seguro todos han escuchado usar la ilustración de un diamante en bruto, es necesario pulirlo para apreciar su belleza. Dios también quiere “pulirnos”, quitar de nosotros aquello que, de alguna manera, nos estorba. Eso requiere que en ocasiones tenga que confrontar algunas de nuestras actitudes o acciones, pero todo es con el propósito de que nuestras vidas sean transformadas en nuestro beneficio y todo esto por su gran amor.
De la misma manera Dios nos llama a mostrar nuestro amor a otros y no sólo a tolerar su estilo de vida. La tolerancia en el mundo es contradictoria, por un lado se dice que uno debe aprobar, apoyar y sinceramente refrendar valores y estilos de vida de los demás, sin embargo, vemos que es difícil que la gente toleren el pensamiento, los sentimientos o creencias de los demás cuando les afecta directamente. La tolerancia además trae consigo indiferencia, realmente no importa la manera como otros viven, porque tampoco esas personas me importan. Al contrario de estas ideas, para Jesús los demás eran tan importantes que mostró su amor ofreciendo su propia vida.
Comenten a que personas en su vida cotidiana les cuesta trabaja tolerar y por qué (maestros, hermanos, compañeros, etc.) Luego pide que alguien lea 1ª Corintios 13:4-8 y reparte una copia de la hoja “Chequeo de Amor” para que cada uno evalúe personalmente en que medida pone en práctica el amor en sus relaciones con esas personas.
Termina con una oración, usando la siguiente paráfrasis de 1ª Corintios 13:
Señor, me doy cuenta que no son
en los dones impresionantes donde
tu quieres que yo sobresalga,
sino en tu amor.
Que las obras de caridad
no significan nada, si me falta amor.
Tampoco me estás llamando
a realizar grandes sacrificios
sin sentir amor por los demás.
Ayúdame a vivir tu amor
Hazme paciente
con los que cuestionan mi fe.
Hazme bondadoso
con los que viven necesitados de tu amor.
Que no envidie los aparentes éxitos
de los que viven alejados de Ti
pero que tampoco presuma
o me sienta orgulloso
de lo que tu me has otorgado a mi.
Que no sea egoísta al compartir de Ti.
Que no actué con rudeza,
ni me enoje fácilmente
y que tampoco le guarde rencor a nadie.
Enséñame a regocijarme en la verdad.
a perdonarlo todo, a creer y esperar en Ti,
a soportar lo que sea necesario.
Hazme permanecer en tu amor. Amén
El mundo religioso fue sorprendido hoy cuando el joven y apasionado rabino Jesús confrontó a los fariseos sobre el caso de una mujer pecaminosa. De acuerdo a lo que ya es su costumbre, el rabino Jesús estuvo en el templo enseñando cuando llegaron los fariseos con dicha mujer. Dicen testigos que la habían sorprendido en adulterio. Ahora en exclusiva para el Sol de Jerusalén, el noticiero con la información más objetiva y veraz, tenemos a una de las protagonistas principales de estos sucesos y una breve entrevista con ella.
Reportero – Puede platicarnos, ¿qué fue lo que sucedió?
Mujer– Creo que ya todos lo saben, los escribas y fariseos me habían estado acechando hasta que me encontraron con aquel hombre, que cobardemente huyó y dejó que me arrastrarán para apedrearme y matarme.
Reportero – Sin embargo, sabemos que esto no sucedió, ¿qué lo impidió?
Mujer – Antes de hacerlo me llevaron ante el Rabí Jesús, le preguntaron acerca de mi caso y lo que manda la ley de Moisés: apedrear a las mujeres que como yo cometen adulterio, pero no parece que querían conocer su interpretación sino más bien retarlo.
Reportero –¿Y cuál fue la respuesta de ese Rabí? Díganos, ¿es tan radical como los escribas y fariseos?
Mujer – Su respuesta sorprendió a todos: “Aquel de ustedes que este libre de pecado, que tire la primera piedra”. Entonces todos comenzaron a retirarse del lugar, hasta que quedamos sólo el Rabí y yo.
Reportero – Vaya, ¡que lección para esos religiosos! Pero entonces ¿qué fue lo que le dijo a usted?
Mujer – Me preguntó por ellos y si ya nadie me condenaba. Entonces me dijo: “Ahora vete, y no vuelvas a pecar”.
Reportero –¡Que no vuelva a pecar! ¿Qué opina acerca de lo que este Rabí le ha demandado a usted? Después de todo estamos en pleno siglo I, usted es una mujer que tiene derecho a amar y ser amada.
Mujer – Lo único que yo ahora sé es que me encontré con un ser humano excepcional, que no me condenó ni me mostró su desprecio y que confrontó a los que me querían hacer daño. Cuando me dijo que podía irme y me llamó a no pecar más, me hizo ver que tengo la oportunidad de ser una mejor persona, de dejar aquello que no sólo ha lastimado a mis seres amados, sino a mi misma. Sé que puedo cambiar el rumbo de mi vida y vivir sin vergüenza ni temor.
Reportero –Conmovedora historia, sin duda. Pues, ahora han conocido este hecho, de labios de la que fuera, como lo hemos dicho una, sino la más importante de sus protagonistas. Y por supuesto le seguiremos informando acerca de lo que suceda entre este Rabí y la reacción de los escribas y fariseos por lo acontecido el día de hoy. Para el Sol de Jerusalén: Tadeo de Nazaret.
No hay comentarios:
Publicar un comentario